Cariló, Partido de Pinamar, Provincia de Buenos Aires, Argentina.
Casa Tucán es una vivienda inicialmente pensada para su uso durante el verano, construida en un terreno en esquina de la localidad de Cariló. Debido a la vegetación presente en la zona -grandes lambertianas y pinos elliotis-, la distancia a la playa y al centro, el sector se asemeja a la imagen de un bosque urbanizado.
Proyectada originalmente en 2015 por distintos motivos la obra no se inicio hasta 2020. En este momento el planteo se modificó acorde a los cambios de vida de sus habitantes: familias ensambladas, la presencia de niños y adolescentes que podrían estar juntos o por separado, habitando ya no solo en los veranos. La certeza de un programa que debe adaptarse a las diferentes configuraciones familiares a las que además se sumarian los amigos tanto de jóvenes como de adultos.
La casa se plantea como la superposición de dos cajas de hormigón, cuyo perímetro busca minimizar la tala de árboles necesaria para su construcción. La composición de volúmenes se cierra a la esquina jerarquizando el centro del terreno, donde de manera acelerada la duna con su vegetación natural se eleva hacia el contra frente generando un microclima, resultado de combinar el cierre natural del terreno con la implantación de la vivienda.
En planta baja y separada varios centímetros del sobre el nivel de calle, se ubican las áreas sociales en un espacio de 13.00 mts x 5.00 mts sin divisiones. El estar comedor y la cocina se unifican con el exterior con solo desplazar los paños de carpinterías. La percepción de unidad se refuerza por la continuidad de pisos y losa. Este semicubierto ventilado brinda protección del sol y es finalmente en ese espacio fresco sin cerramientos laterales, donde trascurre la vida en verano. En este nivel y hacia el centro de manzana se plantea un pabellón pensado como sala de juegos, dormitorio o estudio profesional según cambien los hábitos de uso.
Un volumen transversal en planta alta contiene los dormitorios en una secuencia de habitaciones que se cierran al sur-este y se abren cual mirador al nor-este.
La conexión entre plantas se resuelve con una manga de hormigón que se distingue como un elemento particular en la composición espacial fusionando las dos cajas principales, mientras mantiene la transparencia que permite una relación frente/fondo.
La elección de materiales se reduce a aluminio, vidrio y hormigón. Este último moldeado con tablas de pino de 1” x 4” en encofrados que permiten despliegues como el que se plantea en el acceso y la conexión con planta alta o la ventana apaisada en la zona publica de planta baja.
Materiales simples y mano de obra aplicada hacen que los habitantes y visitantes re-signifiquen aquellas situaciones simples como subir, entrar, salir, estar.