Ostende, Partido de Pinamar, Provincia de Buenos Aires, Argentina.
Esta casa es la primera construida como parte de un conjunto de viviendas de alquiler a pocas cuadras de las playas de Ostende.
El desafío de proyectar 6 casas en lotes contiguos, topográficamente variados con un concepto híbrido que haga hincapié en la vivienda unifamiliar en lote propio, y a la vez con ciertas características conceptuales que refuercen la idea de conjunto.
La casa genera un vinculo con su entorno, las viviendas pre-existentes responden al estilo ¨Chalet de ladrillo pinamarense¨ muy popular en la zona durante la década de los 80 y mediados de los 90, casas que se caracterizaban por un cuerpo principal de la ladrillo visto con junta tomada, carpintería de madera y grandes cubiertas con pendiente. La vivienda propuesta re interpreta el ¨estilo¨ y adecua la materialidad a la realidad tecnológica actual.
Pensada para un usuario genérico, la vivienda minimiza las superficies de dormitorio para utilizar mayor cantidad de recursos en la zona de encuentro y distención. La zona de parrilla como remate del estar/comedor funciona como fuelle interior/exterior, deconstruyendo gradualmente la caja arquitectónica.
La impronta de la casa en el lote, permite recortar porciones del terreno entre ambas alas, permitiendo un espacio acotado de apropiación del lote al contrafrente, asi como la contención del acceso principal.
Tanto en la vivienda individual como en su concepción de conjunto, se entiende como dato importante de proyecto el espacio en el contrafrente, se trata de un parque con arboles añejos, extraño para un entorno de medanos, se plantea dejar ese lugar en estado natural como ¨el lugar protegido¨ para el ocio. La vivienda por forma e implantación clausura las vistas desde las dos calles.-
La búsqueda de privacidad en la suite, resulta en una propuesta articulada. Partición del programa maximizando el perímetro, pero focalizando puntualmente vistas y asoleamiento desde las aberturas. Un esquema volumétrico estratificado que se abre en el sentido longitudinal, cerrándose hacia la calle más transitada y sus futuros vecinos laterales.
La doble pendiente en los techos abre el espacio hacia el exterior, maximizando las entradas de luz tanto durante la mañana como por la tarde.
La materialidad fue adoptada luego de una gran cantidad de experimentaciones, su elección se debe a distintos factores, entre ellos la apariencia monolítica en la búsqueda de una simpleza formal de gran pregnancia. El hecho de que la mano de obra local domina el oficio del muro mampuesto, fue un factor importante al momento de definir la elección del ladrillo común como material fundamental para la construcción, el muro doble portante de ladrillo común con cámara de aire, resuelve al mismo tiempo las solicitaciones térmicas, hidrófugas y estructurales además de reducir al mínimo los gastos de mantenimiento.-
Las distintas trabas del ladrillo, permiten distintos juegos de luces y sombras al mismo tiempo que ocultan elementos de servicio, resolviendo distintos tipos de límite, porosidades y relieves sin perder la homogeneidad cromática-formal.