Cariló, Partido de Pinamar, Provincia de Buenos Aires, Argentina.
Ubicada en el extremo sur del Partido de Pinamar, Casa Kairos se construye sobre un terreno que forma parte de un pequeño y nuevo loteo. Al momento del encargo, el estudio ya había construido varias viviendas en el barrio por lo que el planteo de esta nueva obra debía tener puntos de contacto con la vecina Casa Jaima. La maximización de ambientes de disfrute expuestos al norte y al oeste son los primeros puntos de contacto entre ambas viviendas que comparten también el mismo catálogo de materiales, los mismos equipos de contratistas, metodología e insumos dando como resultado una impronta similar.
Kairos toma la cubierta con pendientes de la construcción vecina. Sin embargo, lo que en Casa Jaima es losa casetonada, en Kairos se presenta como grandes tabiques triangulares a modo de tímpano buscando que sea una cuña de hormigón la que en apariencia cubre la casa.
La zona de parrilla-quincho es contenida en altura por esbeltas vigas que cruzan sobre el patio ampliando el volumen aparente de la vivienda, dando escala a este espacio y convirtiéndolo en el ‘centro de la casa’, el lugar de reunión por sobre otros ambientes destinados específicamente a este fin. El sol incide directamente sobre el patio únicamente al mediodía ya que durante el resto del día, las vigas producen diferentes juegos de luces y sombras que protegen el espacio. El pino existente en el centro de este patio se preservó para generar ‘una isla natural’ en el centro de la obra construida: un espacio para la permanencia sombreado y ventilado por el aire fresco, aire que al abrir las carpinterías por diferencia de presión refresca los interiores sin necesidad de equipos forzadores.
La construcción se vacía en planta baja prolongando perceptualmente el espacio libre contenido por las pérgolas. En Planta Alta se encuentran los ambientes de descanso que como un mirador se extienden hacia el frente aproximándose al bosque.
A nivel del terreno los ambientes exteriores se plantean como una plataforma atravesada por el entorno natural conteniendo espacios para el descanso y la contemplación. Estos espacios están marcados y caracterizados por los distintos juegos de luces y sombras creados por la pérgola de hormigón donde, ante la ausencia de columnas, el pino central se transforma en el único elemento vertical dentro del conjunto.
La pérgola de hormigón, con sus líneas rectas y definidas, contrasta con la naturaleza orgánica del entorno. La luz del sol se filtra entre las vigas, creando un patrón cambiante de luces y sombras que se desplazan a lo largo del día, creando un espacio para el reposo y la relajación en un ambiente natural generado para la observación del entorno, la introspección y el divague.
La casa finamente se vive como un dispositivo de observación donde la los vecinos y el entorno natural se complementan, generando en las personas que habitan el espacio, la experiencia de ser parte de la naturaleza y el paisaje.