Barrio La Herradura, Pinamar, Partido de Pinamar, Buenos Aires, Argentina.
Dos contenedores, en apariencia monolíticos, superpuestos, cruzados y apoyados sobre una plataforma configuran la vivienda. Elevada sobre el nivel promedio del lote, la casa ¨domina¨ el entorno y acentúa su carácter de observatorio. En planta baja, se cierra al frente buscando privacidad, negando el ritmo propio del barrio y potenciando la apertura al oeste.-
El proyecto entiende y potencia la necesidad de reunión rompiendo los limites, la apertura total de las carpinterías, genera grandes espacios mixtos, donde ¨el afuera¨ y ¨el adentro¨ se diluyen. Flexibilidad que aumenta el tamaño aparente de la casa. Casa que finalmente, se organiza alrededor de un patio, una terraza y una pileta, espejo de agua, que se refleja multiplicando los efectos de luces naturales.
El paso del tiempo y el recorrido del sol, califican el espacio enriqueciendo la experiencia sensorial. Las pérgolas y caladuras en el hormigón, filtran el sol y proyectan sombras que se manifiestan recorriendo las superficies horizontales y verticales.
La viga sobre la planta baja, se proyecta ante la necesidad de liberar el estar y la expansión a la terraza de cualquier elemento vertical (columnas). La viga en voladizo remata en una hamaca colgante. La jerarquización de este elemento, más allá del juego compositivo, demuestra el espíritu de la vida en vacaciones; marcando la importancia de la contemplación y el aspecto lúdico.
La vivienda se transforma en el auditorio para contemplar cada atardecer, tal vez esa sea su mayor virtud: captar el espíritu del campo, por donde cada tarde ¨cae el sol¨.
