Cariló, Buenos Aires, Argentina.
En un lote atípico por su relación ancho profundidad, la casa fue proyectada e implantada sin alterar las curvas originales del médano. Estructuralmente se sostiene por unas pocas columnas y tres tabiques. Uno de ellos cerrando el espacio de parrilla y tomando los esfuerzos de las plantas superiores -protegido del sur y de las vistas vecinas- que también trabaja como amarre para la escalera exterior. Otro tabique perpendicular a la calle organiza la circulación vertical y en el frente de la casa un último tabique en “L” que cumple la misma función: anclar la casa al terreno. La planta de dormitorios -caja blanca voladora- funciona como un nivel de descanso y privacidad.